Siempre he sido esa chica que cree que todo en la vida es el conjunto de dos cosas: trabajar y amar; esa persona que cree que al mundo solo le falta más amor.
Fui candidata a Reina de Quito, campeona latinoamericana, tripulante de cabina y fundé un grupo de ayuda social, entre otras cosas. Me preguntan cómo logro triunfar en tantas áreas diversas de la vida. Mi respuesta es sencilla: Para alcanzar todo lo que nos proponemos en la vida, debemos mantener una convicción de que no hay nada en el mundo que esté fuera de nuestro alcance, siempre y cuando tengamos la voluntad de perseguirlo.
En esta vida, solo es necesario creer en nosotros mismos para lograr algo. No siempre es esencial ser el más talentoso o el mejor preparado; lo crucial es dar lo mejor de nosotros mismos.
Me he convencido de que en la vida no existen excusas como “no funcionó” o “no se pudo hacer”, sino simplemente la elección de no querer que funcione. Si tu sueño no te asusta, probablemente no es lo suficientemente grande para ti.
Para prosperar en la vida, es fundamental amar. Debemos poner la inteligencia al servicio del amor. Creo firmemente que una de las claves para lograr nuestros objetivos es amar apasionadamente lo que hacemos. Este amor debe extenderse a nosotros mismos, al mundo que nos rodea y a las personas que forman parte de nuestras vidas. Si van a hacer parte de la vida de alguien, solo dejen cosas bonitas. Crean en ustedes mismos; la vida es demasiado corta para conformarse con cosas que no los llenen por completo. Enamórense de quienes son, incluyendo sus errores y cicatrices, ya que estas no definen su valía, solo cuentan historias. Pregúntense a diario si están creando la vida que desean y, si no es así, desde un lugar de amor, cambien su vida.
Brillen y persigan aquello que les haga inmensamente felices. El mundo necesita más personas rebeldes que persigan la felicidad y la realización personal por encima de todo. No importa cuán loco o audaz sea su sueño, atráiganlo hacia ustedes, estudien y trabajen en ello.
Si algún día quieren cambiar y no saben cómo encontrar lo que están buscando, recuerden que siempre tendrán a alguien que vea lo mejor que llevan dentro. Rodéense de personas capaces de encontrar la luz en medio del caos y, sobre todo, de aquellas que les recuerden que pueden conquistar el mundo si así lo desean.
Yo comencé bailando con dos pies izquierdos, me lancé a la vida de los certámenes de belleza sin tener ni idea de lo que hacía, empecé a ayudar a familias y niños con un presupuesto mínimo, aprendí sobre emergencias aéreas en un mes y sólo puedo decirles: “Los que dicen que es imposible no deberían molestar ni interrumpir a los que lo estamos haciendo”. Crean en ustedes mismos y actúen desde el corazón; abracen los obstáculos porque son parte del proceso.